Centro Preparador Personal
de Oposiciones
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El sector de los centros de enseñanza ahondan en la crisis debido a la disminución de estudiantes de oposiciones, tras los recortes en el empleo público.

Las academias de enseñanza, sobre todo las que preparan oposiciones, también las ha golpeado la crisis. Lo han notado con los recortes en el empleo público. Para muchos, el sueño de convertirse en un funcionario y gozar de las ventajas que hasta ahora tenía un puesto de trabajo de ese tipo. Todos quieren un salario que “esté asegurado para toda la vida”, pero eso se ha convertido en una utopía debido a la congelación de la oferta. Las plazas que quedan obligan a emigrar o arriesgarse y dedicar un mínimo de dos años para enfrentarse contra cientos de opositores por un puesto.

Lo habitual era que en tiempos de crisis los pontevedreses se decidieran a hincar los codos y se preparasen para una carrera de fondo: una oposición. En la actualidad, cientos de alumnos pisan cada verano las academias para aprender un idioma, hacer un curso de informática, o recuperar asignaturas, pero el número de quienes lo hacen para optar a un trabajo para toda la vida se ha reducido. Desde la Federación Gallega de Empresas de Formación (Cecap Galicia) aseguran que la “semicongelación” de la oferta pública ha contraído la demanda. Actualmente, esta asociación agrupa a unos 46 centros de enseñanza privados en la provincia, con seis academias en la ciudad del Lérez.

“Calculamos que en los últimos cuatro años el número de alumnos que preparan oposiciones cayó un 80%”. Quien afirma esto es Jaime Abilleira, director del Academia Postal de Pontevedra. Tanto los centros con un otrora importantes números de alumnos como los más pequeños se resienten por la mala situación del sector, marcada por los recortes en empleo público. Tanto que las academias han decidido diversificar su oferta.

Algunas de ellas, han encontrado un filón en los cursos de idiomas. Cada día tiene más demanda. Por un lado están los de toda la vida, como el inglés o el francés, pero el mercado laboral obliga al alemán, al noruego y al chino mandarín, “unos idiomas cuya demanda antes de la crisis era inexistente”, explican desde la Cecap Galicia.

Otro de las salidas de los centros de formación son los títulos homologados de Formación Profesional en el sector marítimo, en seguridad privada y cursos laborales como el de manipulación de alimentos, carretillero o de manipulación de productos fitosanitarios. “Intentamos abarcar lo que nos da el ancho de los brazos”, se explica Rubén Vázquez, administrativo del Centro de Estudios de Formación Alfer.

“Antes en nuestras aulas había 50% de estudiantes preparando oposiciones y otro tanto en este tipo de cursos y Formación Profesional, hoy en día la distribución es 80% de estudiantes en cursos por solo un 20% de opositores”, explica Vázquez.

El perfil del opositor también es diferente. Aunque varían según el concurso al que se presentan, los estudiantes son gente joven entre los 20 y 30 años, generalmente de municipios limítrofes de Pontevedra y no vecinos de la ciudad del Lérez.

Principalmente son parados aunque también los hay quien los compagina con trabajos por horas. Según comentan del centro de formación Alfer, “estudiar una oposición es compatible con los llamados minitrabajos, muchos lo hacen para poder financiarse los estudios por una parte, mientras que por otra, son los puestos donde más posibilidades hay ahora mismo de sacarse un sueldo”.

Además, los grupos son más contantes y con gente más preparada. “Ya no es como antes, cuando tenías más o menos garantías de sacarte la plaza en un año, ahora necesitas, por lo menos, dos”, explica el director de Academia Postal. Y es que al disminuir el número de ofertas de plazas, acceder a ellas es más caro. En las academias pontevedresas, hablan de un 90% de aprobados, aunque sin plaza. “Si antes con un 6,5 te valía para conseguir el trabajo, ahora con más de un 8 no tienen nada asegurado”, matiza Abilleira.

“Ahora consideramos casi un éxito si alcanzamos el 1% de aprobados con plaza”, lamenta el director de Academia Postal. Para Abilleira, si esta situación se diese hace cuatro años, le parecería una locura. “Entonces el porcentaje de aprobados con plaza era del 60% o incluso del 80 en el caso de oposiciones a auxiliares administrativos del Estado”, afirma el responsable de la academia pontevedresa.

Precisamente la bajada de los cuerpos auxiliares es donde más se nota la bajada de estudiantes. También la diminución de plazas relacionadas con el Sergas. “Ya solo salen plazas para médicos y ATS, pero no de puestos como el de celador”, explican desde el centro de estudios Alfer.

En el otro lado de la balanza se sitúan los puestos relacionados con la seguridad. Son las oposiciones de Policía, Penitenciaría y Guardia Civil, los que mantienen más abundan en las academias en estos momentos, porque es el ramo donde están saliendo más plazas.

Así, el concurso próximo será para acceder a la Benemérita. En septiembre competirán por 65 plazas de Guardia Civil. Solamente de la Academia Postal de Pontevedra se presentarán una quincena de aspirantes

Las siguientes serán en el primer trimestre de 2015, en Penitenciaría y Policía Nacional, donde unos 30.000 opositores competirán para estar entre los 100 seleccionados para el instituto armado.

Un nivel de competencia que se ve distinto en las aulas. “A pesar de que hay más competencia en el acceso a las plazas, el ambiente que hay en las aulas es de camaradería”, asegura Abilleira pues la competitividad queda “a nivel profesional y no personal”.

Alto funcionariado

A pesar de haber más plazas en el ramo de la seguridad, el de alto funcionariado es el que menos ha sido afectado por la crisis. Hablamos de puestos A1 y A2, eso son puestos de cargos altos en concellos, administración autonómica y estatal. Estos estudiantes también son habituales en las academias, aunque su presencia es cada vez más habitual en otro tipo de escuelas especializadas, como el Centro Preparador Personal de Oposiciones.

El perfil más habitual de este tipo de opositores, prefieren academias donde pueden ofrecerle una preparación individual y personalizada. En el caso de la de Pontevedra, dos profesores atienden a 20 alumnos a la semana. Sus alumnos tienen un alto nivel de compromiso con el estudio. “Están con nosotros hasta que sacan la plaza, ese es su objetivo laboral”, explica la profesora del centro Ester Suárez.

Fuente: Guimarey, D. “El opositor, rara avis en las academias” Faro de Vigo. 14/08/2014. Recuperado de farodevigo.es 

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